El Aparador

Un vestido, un collar y una pequeña mesa. Tres elementos simples que se convierten en especiales cuando se colocan en un lugar especial. Este lugar es una tienda en Venecia. Aquí, los edificios tienen dos entradas: una en el callejón, para los peatones, y otra por el canal.
Hubo una época en la que los venecianos usaban sus propios botes para hacer recados o ir a visitar a sus amigos: aparcaban delante de sus puertas tal y como se hace con los coches hoy en día. Para los venecianos de hoy en día, esta costumbre no ha cambiado. En cambio, los turistas se desplazan en barcos de vapor, taxis que son embarcaciones a motor o góndolas.
Aún así, para los que saben hallar la belleza más allá de los monumentos indicados en sus guías, cada ángulo de la ciudad esconde detalles de una auténtica belleza, como este pequeño aparador erigido sobre el agua.